Buena suerte y hasta luego
Nos encontramos con Juan en Ezeiza. Fueron a despedirnos padres, madres, hermanos y amigos.
Por quedarnos mirando el partido de River nos llegó la hora de irnos casi sin darnos cuenta. Medio a las corridas llegamos a la fila del avión y, a medida que nos acercabamos a la Puerta de Embarque, íbamos sintiendo una mezcla de sensaciones… nudos en la panza, temblequeos en las piernas, fuertes latidos del corazòn y gran entusiasmo… seguíamos todavía sin caer en la cuenta que detrás de esa puerta comenzaba aquel sueño que por tanto tiempo postergamos.
Las despedidas siempre son una mezcla de sentimientos aún mayor.. los abrazos fuertisimos que dimos y recibimos fueron tanto agradecimientos por la compañía, un hasta pronto y las ganas de llevarnos estas personas en alguna parte de nuestras mochilas…. Y los nudos se apretaban aún más con cada abrazo.
Volamos tres veces hasta llegar al destino final, Roma y en cada vuelo fui conversando con las personas que me iban tocando al lado… de Brasil, Italia y Grecia… sobre futbol, politica, culturas, familias, anécdotas y motivos de viaje.
Generalmente un viaje te insita a conocerte con quien tenes al lado , no se si sera la curiosidad o la ansiedad por llegar a destino, pero es algo que pasa viajando a cualquier lado y por cualquier medio de transporte y las charlas son las mejores.
La ciudad eterna
"Benvenuto in Italia, Benvenuto in Europa, buon augurio e felicita nel tuo viaggio" Esas fueron las palabras de la mujer italiana que viajó a mi lado una vez que nuestro avión aterrizó en el Aeropuerto de Roma.
La ciudad no tardó ni dos horas en enamorarme. Aquí se combinan cotidianamente aspectos vivos de todos los siglos… se puede ver un Taxi Mercedes Benz último modelo estacionado al lado de un muro del Siglo V.
Caminamos mucho la ciudad y en cada esquina nos encontrábamos con algo que nos asombraba y que merecía ser fotografiado… las esquinas sin ochavas, los bebederos de agua potable en el medio de cualquier calle, los callejoncitos que te invitan a caminarlos hasta perderte, el estilo y la forma de hablar de los italianos y tantísimas cosas más.
Al segundo dia nos encontramos con Maria Belloni, una tandilense que hace algunos años vive en Roma junto a su novio “el colo”, también argentino. Ambos nos llevaron a conocer lugares de la “Roma de verdad” además de darnos valiosos tips como cómo movernos por la ciudad, còmo comer en McDonalds por €1 o que dia ir a conocer el Coliseo para pasar gratis.. Nos dieron una gran mano para nuestra estadía y nuestros bolsillos.
Es de un valor incomparable poder recorrer una ciudad con un local… se ven cosas que como simple turista hubiésemos pasado de largo y se tienen esas ventajas de saber de qué forma es mejor hacer las cosas.
Pasamos 5 dias de turistas, gastamos las suelas caminando para todas partes y nos mantuvimos siempre por encima de nuestro escueto presupuesto diario.
Recorrimos todos los puntos turísticos recomendados en los mapas del hostel y aquellos que no figuraban, pero que el Colo y Maria decían que no podíamos dejar de visitar.
Si bien, al igual que muchos, creemos que es muy contradictorio ver en Basílica de San Pedro tanto oro, tanto arte robado de diferentes partes del mundo y hasta momias traídas de Egipto, no pudimos evitar esos escalofríos inolvidables, inigualables e irrepetibles que sentimos a entrar por primera vez a este lugar, a la Capilla Sixtina, al Coliseo o al ver obras históricas como “El Origen” de Miguel Ángel o las esculturas de la Fontana di Trevi.
Cada uno de estos lugares son tan perfectos y tan detallistas que llegas a sentir que no hay lugar donde puedas dirijir la mirada sin tus ojos se llenen de asombro.
Llego el ultimo dia en la ciudad, tomamos los últimos mates con Maria y nos fuimos. Llegamos corriendo para que el tren no se nos escape. Teníamos una sonrisa inmensa dibujada… estábamos felices porque, por fin, nos íbamos a sacar el traje de turistas y nos poniamos el overol de viajeros “sin rutinas”.
Arrivederci Roma
Nuestro siguiente destino sería Asis. El tren nos dejó en un pueblito muy cercano llamado Santa Maria. Salimos de la estación y nos tuvimos que enfrentar a un dia que estaba horrible… frío y lluvia.
Empezamos a caminar con las mochilas buscando donde pasar la noche. Todos los hoteles que fuimos consultando estaban tan por encima de nuestro presupuesto diario que empezamos a considerar la opción de tirar la carpa en algún descampado.
El pueblo era muy chiquito y muy prolijo. Todas las calles estaban llenas de autos estacionados, pero no había ninguna persona a la que le podamos pedir indicaciones… estábamos caminando sin rumno, sin saber por donde estábamos.
De repente, y casi como de pelicula, en una calle muy aledaña vemos una monjita venir caminando muy apresurada bajo su paraguas. Llevaba una campera de abrigo negra y debajo una túnica franciscana, casi del mismo color Su nombre era Rosalba.
La frenamos para pedirle indicaciones pero no sabia donde podíamos conseguir un camping o un hostel barato. Nos miraba con cara de no entender mucho. Obviamente hablaba sólo italiano, por lo que le largamos las pocas palabras que sabíamos en ese idioma para que entienda nuestra situación.
A los pocos minutos llegó otra monja mucho más joven que, al hablar inglés, nos pudo hacer de traductora con Rosalba, que aparentemente era de rango superior.
Una vez que terminamos de explicar nuestra situación y de dar la mayor lástima posible, las monjas se pusieron a hablar entre ellas en Italiano hasta que nos dijeron las palabras sagradas “Hoy pueden dormir en nuestro Convento”.
Nos sentimos como invitados de lujo. Trajeron frazadas, nos dieron una habitación gigante con baño y cocina solo para nosotros.
Rosalba nos contò que cuando nos encontròo estaba apurada porque llegaba tarde a misa y nos pareció que sería correcto acompañarla.
Nos fue hablando todo el camino y a una velocidad no apta para nuestro poco entendimiento del idioma. Sin embargo, logré entenderle que estábamos yendo a una capillita donde San Francisco de Asis hablo con Dios y le pidió que cada persona que pase por alli sea limpiada de sus pecados.
Cuando llegamos nos encontramos con una Catedral inmensa, demasiado grande para el tamaño del pueblo. Tenía una virgen de Oro en la parte superior de la fachada y una cúpula enorme.
La capillita mencionada anteriormente estaba en un sector central dentro de la Catedral que, como todas las que conocìmos, son una obra de arte en si mismas.
A la mañana siguiente fuimos a tomar el colectivo que nos subiría hasta Asís y, otra vez, lluvia y frío.
Mientras esperábamos, ya empapados, llegó una mujer muy charlatana a esperar en la parada. Era de Albania y hablaba un italiano que creo que a los propios italianos les seria dificil entender.
En uno de sus pocos momentos de silencio, la vi como lo miraba a Juan de pies a cabeza con cara de preocupaciòn, como queriendo decirle algo y sin lograr animarse. A todo esto, juancito estaba vestido como siempre: bombacha de campo y alpargatas sin medias. La mujer juntó fuerzas y con todo el coraje del mundo le dijo “Si vas a Cáritas seguramente te darán unas zapatillas”.
Asis es un pueblo medieval encima de una montaña. A pesar de que el dia no lo acompañaba, no logró ocultar su belleza… las casas de piedra en pie desde el año 295 AC , las farolas y portones quedados en el tiempo, las callecitas angostas decoradas con flores de todos los colores, la Iglesia de San Francisco repleta de pasadizos y subsuelos, las escaleritas misteriosas a la mitad de cada cuadra, y los picos nevados de fondo.
Es un lugar tan de ensueño que no nos alcanzan ni las palabras ni las fotos para poder describirlo.
Nos despedimos de Rosalba y nos fuimos con destino Perugia, donde nos íbamos a encontrar con Gulio, un chico que nos llevaría hasta Urbino. A èl lo habíamos contactado mediante blablacar, una forma moderna de hacer dedo donde se encuentran personas que viajen a una ciudad con otras que tienen lugar en su auto para llevarlos y asi dividir los gastos.
Como no teníamos pasajes tuvimos que hacer dedo. Rápidamente nos levantó un hombre muy amable, que nos dejó en el centro histórico de la ciudad… muy lindo y muy medieval… tiene la única portada etrusca todavía en pie desde el 300 AC. Tuvimos unas horas para poder recorrer.
Nos encontramos con nuestro blablacar y nos fuimos para Urbino.
Cuando llegamos llovía torrencialmente y, otra vez, no teniamos donde quedarnos. Ya estàbamos empezando a creer que alguna nube negra nos estaría siguiendo.. Nos venía lloviendo en cada ciudad que pisabamos.
Fuimos a comprar los ingredientes necesarios y nos sentamos en la galería externa de una iglesia a comernos unos sandwiches con mate (que se me cayó después de la segunda cebada, las cosas no venían saliendo muy bien). La gente pasaba y nos miraba raro, creo que si hubiese puesto una gorra hubieramos hecho algunos mangos..
Después de este banquete, el frío nos hizo entrar a la Iglesia en busca de un poco de calor, sin saber que justo comenzaba la misa. Nos quedamos.
Una vez finalizada la misa, nos acercamos a un cura para consultarle donde nos podriamos alojar, buscando tener la misma suerte que en Asís, pero no fue el caso. El cura se hizo el que no nos entendía, llamó a un estudiante que andaba dando vueltas por ahi para que hable con nosotros en inglés y se borro.
El pibe nos indico como llegar a un hotel barato y allí fuimos.
Por lo poco que vimos, Urbino nos pareció una ciudad hermosa. Es muy chiquita, medieval, con tres murallas disenadas por Leonardo Da Vinci que protegen la ciudad y con un porcentaje mayor de estudiantes que de habitantes locales.
Quizás pueda parecer que las ciudades medievales son todas similares o que puedan cansarnos, pero en verdad cada una de ellas tiene su magia… tan particular como maravillosa
Nos hubiéramos quedado más tiempo, pero ya habíamos arreglado con otro blablacar que nos llevaría al siguiente destino..
Volviendo a las raìces
Llegamos a la ciudad de Rimini. Hace mas o menos cien años, mi bisabuelo Lorenzo Quadrelli dejaba su Montescudo natal, un pueblito muy cercano a Rimini, para buscar nuevos horizontes en la Argentina. .
Hace pocos años, mis padres tuvieron la posibilidad de visitar esta zona, hospedandose en otra ciudad vecina llamada Igea Marina. En este viaje pudieron generar una buena relacion con los dueños del Hotel Boston donde se estaban quedando, la familia Brandi. Desde entonces me mantuve en contacto con la hija, Martina Brandi que nos invitó a quedarnos en el hotel.
Cuando la encontramos, no tardó ni treinta minutos en hacernos sentir que la conocíamos de toda la vida.
En el Boston fuimos tratados como reyes, nos trataron como parte de la familia.. Como si fuéramos parientes que hace mucho tiempo no veían. Recibimos tanta y tan buena atencion que llegó a darnos vergüenza estar ahí.
Disfrutamos muchísimo de su compañía y de la de los amigos de la familia. Fuimos invitados a una cena de comida italiana con mas de 40 personas y a otra de comida libanesa con mas de 20, fuimos a un desfile, a tomar algo a los bares con amigos de Martina, a conocer la noche italiana, entre otras cosas. Todos nos trataron como a uno màs de ellos.
Con esto pudimos acercarnos a la cultura italiana, desde la vida cotidiana y el calor de una familia. Los italianos tienen una forma de ser y de expresarse tan similar a los argentinos que de a momentos sentimos que nunca nos habíamos ido de nuestro país.
Ademas de pasear por Igea Marina, fuimos a Rimini, a Ravenna y a San Marino. Este ultimo nos impacto.
La República de San Marino, el Estado soberano más antiguo del mundo, es un lugar tan fabuloso como místico. Un país dentro de otro país, que se encuentra en la cima de una montaña de forma extravagante, fuera de lo que estamos acostumbrados a ver. Sin dudas uno de los mejores lugares para visitar. Con tan solo 61 km2, son hermosas sus vistas desde las alturas, sus callecitas medievales, y sus montes con castillos históricos… con mucha razòn es un lugar declarado patrimonio de la humanidad.
Nos despedimos de Rosalba y nos fuimos con destino Perugia, donde nos íbamos a encontrar con Gulio, un chico que nos llevaría hasta Urbino. A èl lo habíamos contactado mediante blablacar, una forma moderna de hacer dedo donde se encuentran personas que viajen a una ciudad con otras que tienen lugar en su auto para llevarlos y asi dividir los gastos.
Como no teníamos pasajes tuvimos que hacer dedo. Rápidamente nos levantó un hombre muy amable, que nos dejó en el centro histórico de la ciudad… muy lindo y muy medieval… tiene la única portada etrusca todavía en pie desde el 300 AC. Tuvimos unas horas para poder recorrer.
Nos encontramos con nuestro blablacar y nos fuimos para Urbino.
Cuando llegamos llovía torrencialmente y, otra vez, no teniamos donde quedarnos. Ya estàbamos empezando a creer que alguna nube negra nos estaría siguiendo.. Nos venía lloviendo en cada ciudad que pisabamos.
Fuimos a comprar los ingredientes necesarios y nos sentamos en la galería externa de una iglesia a comernos unos sandwiches con mate (que se me cayó después de la segunda cebada, las cosas no venían saliendo muy bien). La gente pasaba y nos miraba raro, creo que si hubiese puesto una gorra hubieramos hecho algunos mangos..
Después de este banquete, el frío nos hizo entrar a la Iglesia en busca de un poco de calor, sin saber que justo comenzaba la misa. Nos quedamos.
Una vez finalizada la misa, nos acercamos a un cura para consultarle donde nos podriamos alojar, buscando tener la misma suerte que en Asís, pero no fue el caso. El cura se hizo el que no nos entendía, llamó a un estudiante que andaba dando vueltas por ahi para que hable con nosotros en inglés y se borro.
El pibe nos indico como llegar a un hotel barato y allí fuimos.
Por lo poco que vimos, Urbino nos pareció una ciudad hermosa. Es muy chiquita, medieval, con tres murallas disenadas por Leonardo Da Vinci que protegen la ciudad y con un porcentaje mayor de estudiantes que de habitantes locales.
Quizás pueda parecer que las ciudades medievales son todas similares o que puedan cansarnos, pero en verdad cada una de ellas tiene su magia… tan particular como maravillosa
Nos hubiéramos quedado más tiempo, pero ya habíamos arreglado con otro blablacar que nos llevaría al siguiente destino..
Volviendo a las raìces
Llegamos a la ciudad de Rimini. Hace mas o menos cien años, mi bisabuelo Lorenzo Quadrelli dejaba su Montescudo natal, un pueblito muy cercano a Rimini, para buscar nuevos horizontes en la Argentina. .
Hace pocos años, mis padres tuvieron la posibilidad de visitar esta zona, hospedandose en otra ciudad vecina llamada Igea Marina. En este viaje pudieron generar una buena relacion con los dueños del Hotel Boston donde se estaban quedando, la familia Brandi. Desde entonces me mantuve en contacto con la hija, Martina Brandi que nos invitó a quedarnos en el hotel.
Cuando la encontramos, no tardó ni treinta minutos en hacernos sentir que la conocíamos de toda la vida.
En el Boston fuimos tratados como reyes, nos trataron como parte de la familia.. Como si fuéramos parientes que hace mucho tiempo no veían. Recibimos tanta y tan buena atencion que llegó a darnos vergüenza estar ahí.
Disfrutamos muchísimo de su compañía y de la de los amigos de la familia. Fuimos invitados a una cena de comida italiana con mas de 40 personas y a otra de comida libanesa con mas de 20, fuimos a un desfile, a tomar algo a los bares con amigos de Martina, a conocer la noche italiana, entre otras cosas. Todos nos trataron como a uno màs de ellos.
Con esto pudimos acercarnos a la cultura italiana, desde la vida cotidiana y el calor de una familia. Los italianos tienen una forma de ser y de expresarse tan similar a los argentinos que de a momentos sentimos que nunca nos habíamos ido de nuestro país.
Ademas de pasear por Igea Marina, fuimos a Rimini, a Ravenna y a San Marino. Este ultimo nos impacto.
La República de San Marino, el Estado soberano más antiguo del mundo, es un lugar tan fabuloso como místico. Un país dentro de otro país, que se encuentra en la cima de una montaña de forma extravagante, fuera de lo que estamos acostumbrados a ver. Sin dudas uno de los mejores lugares para visitar. Con tan solo 61 km2, son hermosas sus vistas desde las alturas, sus callecitas medievales, y sus montes con castillos históricos… con mucha razòn es un lugar declarado patrimonio de la humanidad.
Volviendo en sueños
Y asi todo terminó, armamos las mochilas y emprendimos la vuelta muchísimo antes de lo que teníamos pensado. No tuvimos el coraje necesario para dejar perder nuestro vuelo de vuelta.a la Argentina.
Llegamos a Tandil sin que nadie lo supiera, preferimos darles la sorpresa a todos. Fuimos de a poco visitando a nuestros seres queridos. Nos abrazaron y se alegraron de vernos, pero a la vez nos miraban sin entender que haciamos ahi si todavia teniamos sueños por cumplir y tiempo disponible para hacerlo.
Sentimos en los demás, al mismo tiempo, los sentimientos encontrados de alegría y lastima por haber dejado ir la oportunidad que tanto tiempo habíamos esperado.
Luego de unos días me junte con Juan a tomar mate, no podíamos decirnos ni una palabra. Estábamos sentados en cada punta de la mesa, con la mirada casi por el suelo, pensando lo cerca que estuvimos de hacer realidad los sueños que tanto tiempo postergamos y que ya nunca íbamos a poder alcanzar.
De pronto, y casi sin querer, me di media vuelta y me desperté. Gracias a las sábanas blancas me di cuenta que seguíamos en Igea Marina y que todavía nos quedaban algunos días para compartir con la familia Brandi en su hermoso Hotel Boston, que ya sentíamos como nuestra casa.
Por suerte, todavía somos los únicos dueños de nuestro tiempo. Tiempo que decidimos invertir en vivirlo a nuestro manera, viviendo solo de experiencias enriquecedoras e inolvidables, viviendo y viajando en sueños.
Sapos de otro pozo
El conductor que nos llevó a Florencia no conocía muy bien la ciudad, por lo que nos dejó en una zona un tanto alejada.
Empezamos a caminar en direcciòn a la zona turistica, en bùsqueda de un hostel. Teníamos el dato de uno que nos había recomendado una chica que contactamos por CouchSurfing y que teóricamente era barato, pero al llegar nos encontramos con que estaba muy por fuera de nuestro presupuesto, por lo que la caminata continuó.
Fuimos de hostel en hostel sin encontrar ninguno que se ajuste a nuestras posibilidades presupuestarias, hasta que vimos un cartel de Camping... fue como un oasis en el desierto.
Empezamos a consultarle a la gente en la calle. El lugar quedaba muy alejado, ni siquiera en los mapas turisticos. Cargamos la mochila hasta el cansancio, caminamos alrededor de 7 km hasta llegar al bendito Camping “Villa Camerata”, tambien conocido como “Ostello de la Giuventude”.
Al llegar a la recepción nos dimos cuenta que nos convenia alojarnos en la parte de hostel, ya que casi por un mismo precio nos incluía el desayuno. Faltaban como 3 horas para que podamos hacer el check-in, por lo que fuimos al parque externo a tomar mate, tocar la guitarra y dejar pasar un poco el tiempo.
El lugar era muy lindo, nos sorprendía que sea tan barato. Si bien estaba alejado, quedaba en la ladera de una sierra, tenìa mucho espacio verde y un edificio muy antiguo que anteriormente había sido un palacio municipal o algo por el estilo.
Mientras hacíamos tiempo empezamos a notar algo raro en el lugar, vimos pasar alrededor de 15 personas que entraban y salían, eran todos de color. No era algo que nos molestara, sino algo que nos parecia raro.
Ya cansados de estar afuera, entramos al edificio en búsqueda de Wi-Fi Frente a la recepción, en el hall, había algunos sillones donde todos estaban sentados y usando el celular. Nos sentamos entre ellos y empezamos a hacer lo mismo.
En un momento levanté la vista y tenía varias miradas puestas en mi, me miraban fijo… fue muy extraNo..
Salvo la gente de la recepción, ninguna persona nos respondía cuando saludabamos, pedíamos permiso o dábamos las gracias, ni siquiera nos miraban.
Estábamos demasiado cansados como para ir a buscar otro hostel y la verdad que no nos molestaba que los demás sean asi con nosotros... el precio del hostel era demasiado bueno.
Mientras estabamos ahi sentados, entre dos hombres de color empezaron a discutir en un lenguaje africano, dicusiòn cada vez màs intensa, hasta que terminaron los golpes. De la nada llegó un hombre blanco muy alto y muy serio, los separò y se llevó a uno de ellos a un cuarto separado… cual Profesor de escuela que se lleva a un alumno a preceptoria para amonestarlo. De verdad, era un ambiente muy poco normal.
Esa noche dormimos con muchisimo miedo. Yo no estaba muy decidido de sacarme el jean para dormir, por miedo a que me roben la billetera.
Al día siguiente la cosa no cambió mucho. Bajamos a desayunar y todos seguían sin dirigirnos la palabra.
Cuando estábamos a punto de salir a recorrer la ciudad se nos acercó un chico y nos preguntó de dónde éramos. El era muy delgado y muy alto, tenía el pelo negro y lacio casi por los hombros y rasgos muy arabes. Su nombre era Yasir y era de Afganistán.
Le contamos sobre nosotros casi yéndonos y le preguntamos sobre su viaje pero nos dijo que él no estaba de viaje, hacía cuatro meses que vivía en ese lugar. Nos despedimos de Yasir sin hacer mas preguntas y nos fuimos a recorrer Florencia.
Nos encontramos con un poema convertido en ciudad. Un lugar hermoso por su arte, su Basílica enteramente de mármol con una cúpula inmensa, su río con puentes hermosos y uno de ellos lleno de joyerías. Nos hubiésemos quedado horas y horas apreciando desde su mirador de la Plaza Miguel Angel, pero creo que ambos estuvimos toda la tarde ansiosos por volver al hostel a charlar con Yasir, nos intrigaba mucho su historia y saber què era realmente ese lugar.
Al regresar nos pareció que no correspondía atacarlo con nuestras preguntar, por lo que nos sentamos en los sillones de la zona Wi Fi a descansar las piernas.
Yasir se acercó solo y se sentó en la puntita de la mesa ratona, pegado a nosotro. Nos empezo a consultar como la habiamos pasado, que habiamos visitado, que nos habia parecido, etc.
Después de hablar de nosotros y entrar un poco en confianza cambiamos el foco de la conversación.
Yasir nos confirmò nuestra teorìa... estùabamos alojados en un Centro de Refugiados de Guerra Allì vivían personas de trece países diferentes… Mali, Gambia, Nigeria, Afghanistan, Pakistan, entre otros.
La conversación se puso cada vez más interesante. Nos comentó que su viaje a Italia lo hizo gran parte a pie, teniendo que cruzar ilegalmente varias fronteras. Cuando le conté que me gustaría conocer su país me respondió que no iba a poder hacerlo hasta los próximos 100 años. Nos contó que las personas del sur somos amadas en Afganistùan, pero en cambio las personas del norte son odiadas, nos decía que en su país no existe el punto medio… te aman o te odian… sos amigo o enemigo.
Yasir nos contó muchísimas cosas increíbles, siempre mirándonos fijamente a los ojos y casi sin pestañear.
Había algo en sus ojos y en su mirada penetrante que me dejó pensando toda la noche y pesando mucho. No crei que sea un loco, todo los que nos contaba nos daba la sensacion que realmente era asi en su país. Quizas nosotros no estamos acostumbrados y nos parece increíble que en otras partes del mundo sean comunes algunos pensamientos.
Días atrás en Igea Marina, durante la cena Libanesa, un hombre libanés nos contó cómo influyen las religiones en los cargos políticos de su país. Una persona en el Líbano no puede ser presidente si no es Católico y dentro de los católicos debe ser de un subgrupo especìifico como por ejemplo ortodoxo. Tampoco ninguna persona puede ser Primer Ministro si no es Musulmán, etc.
En el Líbano los cargos políticos están directamente relacionado con las religiones. A este hombre le consulte si las personas pueden cambiarse de religion por cuestiones polìticias y su respuesta fue
-”Si, lo pueden hacer pero es imposible que lo hagan. Desde chico te llenan la cabeza haciéndote odiar a los de las otras religiones, es imposible que quieras ser parte de ellos.”
-”En mi pais pasa eso también, pero solamente con el fútbol. Desde chico te hacen odiar al equipo rival y es imposible que quieras ser parte de ellos”. Fue mi respuesta.
La charla de Yasir hablándonos del odio a ciertos países, mirándome a los ojos y con el ceño fruncido me dejó pensando en que del otro lado de las fronteras no solo hay culturas diferentes y que entre las escalas sociales no hay solo realidades diferentes. Entre nosotros hay formas de ver la vida diferentes
Es increíble cómo a lo largo de tu crianza te vas formando y vas aprendiendo què amar y què odiar en base a tu educación. En nuestro rincòn del mundo tenemos la suerte de que no va mucho más allá del fútbol… en otras partes no son tocados con la misma varita.
Seguramente si Yasir no hubiese nacido alli o no hubiese recibido la educación que recibió, no tendría esa convicción de odiar o amar a las personas según el color de su pasaporte..
Al tercer dia bajamos a desayunar y algo había cambiado. Todos nos saludaban y nos respondìan con mucha amabilidad… hasta nos dejaron pasar primeros en la fila del desayuno y nos servían ellos.
Yasir nos comentó que estaban acostumbrados a que los turistas lleguen sin saber que ese lugar era lo que realmente era y, al ver a los refugiados, simplemente se iban espantados. El hecho de que nosotros hayamos pasado dos noches era de gran valor para ellos.
Ese ultimo dia en el Refugio la pasamos muy bien. Estuvimos jugando al fútbol y charlando mucho tiempo con los refugiados, escuchando muchisimas historias.
Cuando llegó la hora de irnos, todos nos saludaban con una sonrisa... como pidiendo que no nos vayamos pero muy contentos por habernos conocido… hasta nos agradecieron el trato.
Con Juan nos fuimos caminando con la vista atrás,. A medida que nos alejabamos sentíamos las ganas de quedarnos por lo menos una noche màs… al final no eran malas personas, solamente tenían la necesidad de afecto e historias que necesitaban ser escuchadas… pero nuestro viaje debía continuar.
Es increible como los prejuicios a veces te te limitan y pueden cambiar tu forma de actuar y tu forma de ser. Seguramente si todos los turistas no tuvieran prejuicios con los refugiados, ellos tampoco tendrían prejuicios con los turistas. Tal vez al no tener prejuicios los católicos con los musulmanes, ellos tampoco los tendrìan con los católicos.
Tal vez si nos relajamos un poco y dejariamos de ver al Viejo de la Bolsa en los demàs tendriamos un mundo un poco mejor. Tal vez no sea tan fàcil mejorar como sociedad.
El viaje continuó en Pisa. Llegamos a la casa de Piero, un chico que habíamos contactado por CouchSurfing.
Para el que no sepa, CouchSurfing es una red social de viajeros mediante la cual podes contactar personas locales que, dependiendo la disponibilidad de cada uno, te pueden brindar alojamiento en sus casas, acompañarte a conocer la ciudad o simplemente darte consejos de qué hacer y dónde te podes hospedarte… sirve mucho para tener un contacto en cada ciudad y que te sirva de referencia.
En el caso de nuestro anfitrión no tenía lugar para nosotros, pero fuimos chateando y al parecer le caímos bien. Lo convencí diciéndole que Juan no tenía problemas en dormir en nuestros aislantes en el suelo, por lo que nos terminó alojando de todas formas.
Piero es estudiante de Lingüística y vivía en un departamento con otros cuatro estudiantes, que no conocía antes de compartir el piso.
Pasamos una noche en Pisa y no terminamos de saber quienes vivían en el departamento y quienes eran amigos ni de cual de todos seia amigo... vimos pasar alrededor de 15 personas. Era un quilombo hermoso. Un departamento bien de estudiantes en una ciudad repleta de estudiantes.
Cenamos con Piero y sus amigos, paseamos un poco de noche y de dia por la ciudad, tomamos algunas cervecitas y demâs. Me hicieron acordar mucho a los departamentos de mis amigos que estudian en La Plata o en Buenos Aires. Al igual que todos los italianos, Piero y compañía, eran como argentinos que no hablaban nuestro idioma... rapidamente nos sentimos como con los nuestros.
Amor de Italia
En Génova nos esperaba Italia Cordi, una amiga y compañera de estudio de mis padres durante sus épocas de universitarios.
En los años de la crisis económica del 2001, por otros motivos y casi por casualidad, Italia decidió continuar su vida en el país que lleva su mismo nombre, cerca de sus familiares cercanos que por estas tierras tiene desparramados.
Con Juan le deciamos tia Italia, porque realmente es como de la familia y nos trata como si fuesësemos uno de sus tantos parientes.
Génova es una ciudad con mayor peso económico, mayor tamaño y mayor historia de lo que me esperaba antes de llegar allí.
El primer dia, junto a Italia, recorrimos el centro histórico de la ciudad. Es el centro histórico más grande y más importante de toda Europa por lo que merece la pena dedicarle un dia.
Al segundo día partimos hacia el punto más turístico de la zona Cinque Terre, un paraíso. Son cinco pueblitos seguidos construidos sobre la ladera de montanas contra el mar, a uno o dos kilometros de distancia uno del otro.
Fue hermoso. Estuvimos todo el dia recorriendo y apreciando la belleza particular de cada pueblo, pero tanta relajación hizo que se nos vayan los trenes.
Se nos hizo demasiado rápido de noche y la frecuencia de trenes habia bajado mas de lo que suponiamos. Para colmo de males, no teniamos como comunicarnos con Italia. Llegamos a la casa cerca de las dos de la mañana y ahí estaba Italia, esperandonos con la sopa calentita para que cenamos y su oído para escucharnos las historias del día.
En el tren, mientras volvíamos de Cinque Terre hablabamos con Juan sobre lo que venía siendo nuestro viaje. Casi sin darnos cuenta habíamos recorrido gran parte de un país en no mucho más de medio mes. Ambos estábamos bastante cansados, llevábamos un ritmo de vida un tanto acelerado.. .muchas armadas y desarmadas de mochilas, muchas subidas, muchas bajadas, muchas palabras nuevas en otro idioma, muchas personas nuevas y mucho aprendizaje en lugares totalmente nuevos e impensados para nosotros.
El ültimo dia en Génova decidimos pasarlo de entrecasa. Italia nos invitö a pasar la tarde a la casa de sus primos, la pasamos genial.
Además de los primos anteriormente mencionado, habían ido otros dos matrimonios, también primos de Italia. Fue como pasar un domingo visitando familiares propios… charlando de cualquier cosa, tomando mates, comiendo tortas y hasta descorchando un espumante por nuestra simple presencia.
Antes de partir, Italia nos armó una bolsa de comida para asegurarse que íbamos a estar alimentados por lo menos algunos dias mas. Sentimos mucho afecto en nuestros días en Génova de parte de todas las personas que allí conocimos. Realmente un amor Italia.
El paìs de las maravillas
Llegamos a Imperia, allí nos esperaba Alejandra, una ex compañera de Facultad de la madre de Juan.
Ale vivia en Calafate con su esposo italiano hasta que una oferta de trabajo los hizo mudarse a Italia. Alli nacieron sus dos hijos: Enrique de 17 años y Tomás de 16, ambos italo-argentinos, dominan perfectamente nuestro idioma y nuestras jergas y hasta son hinchas de equipos argentinos... de River el mas inteligente.
En sus aNos de juventud, Alejandra había viajado como mochilera por el continente asiático, por lo que estaba muy feliz de poder tendernos una mano y que a su vez podamos motivar a sus hijos a vivir esta clase de experiencias.
Después de la primer noche en Imperia fuimos a conocer Monte Carlo, en el Princièpado de Mónaco, un lugar que sinceramente no fue muy de mi agrado. Lo sentí como un mundo demasiado irreal y demasiado alejado de las problemáticas cotidianas del resto del mundo.
Todo allí es perfecto, todo es lujoso. Es como una visita a Disney World para mayores de 16 años. Es la vida ideal que todos quisieran vivir pero que muy pocos pueden alcanzar.
Vi autos que, haciendo cuentas en base a lo que ganaba en mi trabajo en Tandil, no me alcanzaria toda mi vida laboral para poder comprarlo. Hasta los chicos que jugaban a la pelota en la calle estaban mejor vestidos de lo que cualquiera de nosotros viste cuando va a una fiesta. Vimos yates lujosos de varios pisos y nos acordamos de los africanos del refugio en Florencia que cruzaron desde Libia remando en sus barcas de madera..
“Es un misterio para mi, tenemos desigualdad y nos da igual” dice Eddie Vedder en la canción Society. Creo que en pocos días vimos demasiado contraste entre lo que era la vida de los Refugiados de Guerra y la vida de los multimillonarios de Mónaco... no creo que haya sido lo mejor.
Al dia siguiente Alejandra nos prestó las bicicletas de sus hijos y pasamos un dia genial.
Su casa, donde nos estábamos quedando, era frente al mar: Decidimos salir a investigar què había para el lado contrario. Nos encontramos a menos de 3 km con un valle de sierras altísimas, al estilo las Sierras de Córdoba, y con varios pueblitos y casitas desparramadas que completan el paisaje.
La pasamos de diez, enträbamos y saliamos de los pueblitos medievales, subimos, bajamos y nos aireamos. Pedaleamos alrededor de 20 km, obviamente al otro dia no podíamos ni caminar.
A la noche fuimos nuevamente agasajados con una cena con la familia Valle y amigos, todos muy simpáticos y muy interesados en nuestro viaje.
Al día siguiente nos despedimos de esta hermosa familia con la que convivimos por algunos días. Alejandra por su experiencia de madre y de viajera nos dio muchísimas cosas que seguramente serán muy útiles para nuestros días de viajeros y unos pares de sandwiches para garantizarse que tendríamos almuerzo.
Ahora les escribimos desde Torino, conseguimos transporte con dos señoras que venían a la ciudad desde Imperia y estamos alojados en la casa de Claudia, una chica que contactamos a través de CouchSurfing.
La verdad que creo que tuvimos mucha suerte, Claudia trabaja como Guia. Ayer estuvimos caminando un poco por la ciudad y aprovechamos para apabullarla con pregunta. Hoy vamos a salir de nuevo y creo que nos vamos a comportar de la misma forma.
En cada ciudad que venimos visitando nos estamos encontrando con muchísimas cosas para conocer, históricas, culturales, artísticas o simplemente paisajes hermosos y sobretodo con gente genial que nos da mucha mäs ayuda de la que esperamos.
Claudia nos invitó a pasar las pascuas con su familia en su pueblo natal... un pueblo medieval muy cercano a Turín, aceptamos con mucho gusto.
En lo personal me voy sintiendo cada día un poco mejor. Al principio me fue bastante dificil dejar atrás el nerviosismo y los malos humores de mi rutina cotidiana en Tandil. Tuve un mes con muchísimos cambios importante en lo que era mi vida y en lo que es ahora.
Estamos felices de poder estar viviendo cada dia con tanta intensidad.y ser los únicos dueños de nuestro tiempo y destino. Mis motivaciones pasaron de ser el què hacer con mis amigos el fin de semana a cuàl serä nuestro pròximo destino, todavía desconocido..
A casi un mes de viaje, nuestra aventura recién comienza.. Hemos recorrido casi todo un país y nos quedan muchas fronteras por cruzar.
Les dejamos una canciôn que conoci mirando la pelicula “La increible vida de Walter Mitty” que, por más rara que parezca, habla de tomar los riesgos necesarios para ir detrás de lo que uno realmente quiere.
Disculpas por los horrores ortogräficos... no trajitmos notebook asi que estamos escribiendo como podemos con teclados diferentes.
Nos vemos en algun momento.
Con el cariño que nos merecen.
Coco y Juan Alberto.
“Aquí Comandante Tom a Control Terrestre, estoy atravesando la puerta, estoy flotando de una manera muy peculiar y las estrellas lucen muy diferentes hoy.”
Llegamos a Tandil sin que nadie lo supiera, preferimos darles la sorpresa a todos. Fuimos de a poco visitando a nuestros seres queridos. Nos abrazaron y se alegraron de vernos, pero a la vez nos miraban sin entender que haciamos ahi si todavia teniamos sueños por cumplir y tiempo disponible para hacerlo.
Sentimos en los demás, al mismo tiempo, los sentimientos encontrados de alegría y lastima por haber dejado ir la oportunidad que tanto tiempo habíamos esperado.
Luego de unos días me junte con Juan a tomar mate, no podíamos decirnos ni una palabra. Estábamos sentados en cada punta de la mesa, con la mirada casi por el suelo, pensando lo cerca que estuvimos de hacer realidad los sueños que tanto tiempo postergamos y que ya nunca íbamos a poder alcanzar.
De pronto, y casi sin querer, me di media vuelta y me desperté. Gracias a las sábanas blancas me di cuenta que seguíamos en Igea Marina y que todavía nos quedaban algunos días para compartir con la familia Brandi en su hermoso Hotel Boston, que ya sentíamos como nuestra casa.
Por suerte, todavía somos los únicos dueños de nuestro tiempo. Tiempo que decidimos invertir en vivirlo a nuestro manera, viviendo solo de experiencias enriquecedoras e inolvidables, viviendo y viajando en sueños.
Sapos de otro pozo
El conductor que nos llevó a Florencia no conocía muy bien la ciudad, por lo que nos dejó en una zona un tanto alejada.
Empezamos a caminar en direcciòn a la zona turistica, en bùsqueda de un hostel. Teníamos el dato de uno que nos había recomendado una chica que contactamos por CouchSurfing y que teóricamente era barato, pero al llegar nos encontramos con que estaba muy por fuera de nuestro presupuesto, por lo que la caminata continuó.
Fuimos de hostel en hostel sin encontrar ninguno que se ajuste a nuestras posibilidades presupuestarias, hasta que vimos un cartel de Camping... fue como un oasis en el desierto.
Empezamos a consultarle a la gente en la calle. El lugar quedaba muy alejado, ni siquiera en los mapas turisticos. Cargamos la mochila hasta el cansancio, caminamos alrededor de 7 km hasta llegar al bendito Camping “Villa Camerata”, tambien conocido como “Ostello de la Giuventude”.
Al llegar a la recepción nos dimos cuenta que nos convenia alojarnos en la parte de hostel, ya que casi por un mismo precio nos incluía el desayuno. Faltaban como 3 horas para que podamos hacer el check-in, por lo que fuimos al parque externo a tomar mate, tocar la guitarra y dejar pasar un poco el tiempo.
El lugar era muy lindo, nos sorprendía que sea tan barato. Si bien estaba alejado, quedaba en la ladera de una sierra, tenìa mucho espacio verde y un edificio muy antiguo que anteriormente había sido un palacio municipal o algo por el estilo.
Mientras hacíamos tiempo empezamos a notar algo raro en el lugar, vimos pasar alrededor de 15 personas que entraban y salían, eran todos de color. No era algo que nos molestara, sino algo que nos parecia raro.
Ya cansados de estar afuera, entramos al edificio en búsqueda de Wi-Fi Frente a la recepción, en el hall, había algunos sillones donde todos estaban sentados y usando el celular. Nos sentamos entre ellos y empezamos a hacer lo mismo.
En un momento levanté la vista y tenía varias miradas puestas en mi, me miraban fijo… fue muy extraNo..
Salvo la gente de la recepción, ninguna persona nos respondía cuando saludabamos, pedíamos permiso o dábamos las gracias, ni siquiera nos miraban.
Estábamos demasiado cansados como para ir a buscar otro hostel y la verdad que no nos molestaba que los demás sean asi con nosotros... el precio del hostel era demasiado bueno.
Mientras estabamos ahi sentados, entre dos hombres de color empezaron a discutir en un lenguaje africano, dicusiòn cada vez màs intensa, hasta que terminaron los golpes. De la nada llegó un hombre blanco muy alto y muy serio, los separò y se llevó a uno de ellos a un cuarto separado… cual Profesor de escuela que se lleva a un alumno a preceptoria para amonestarlo. De verdad, era un ambiente muy poco normal.
Esa noche dormimos con muchisimo miedo. Yo no estaba muy decidido de sacarme el jean para dormir, por miedo a que me roben la billetera.
Al día siguiente la cosa no cambió mucho. Bajamos a desayunar y todos seguían sin dirigirnos la palabra.
Cuando estábamos a punto de salir a recorrer la ciudad se nos acercó un chico y nos preguntó de dónde éramos. El era muy delgado y muy alto, tenía el pelo negro y lacio casi por los hombros y rasgos muy arabes. Su nombre era Yasir y era de Afganistán.
Le contamos sobre nosotros casi yéndonos y le preguntamos sobre su viaje pero nos dijo que él no estaba de viaje, hacía cuatro meses que vivía en ese lugar. Nos despedimos de Yasir sin hacer mas preguntas y nos fuimos a recorrer Florencia.
Nos encontramos con un poema convertido en ciudad. Un lugar hermoso por su arte, su Basílica enteramente de mármol con una cúpula inmensa, su río con puentes hermosos y uno de ellos lleno de joyerías. Nos hubiésemos quedado horas y horas apreciando desde su mirador de la Plaza Miguel Angel, pero creo que ambos estuvimos toda la tarde ansiosos por volver al hostel a charlar con Yasir, nos intrigaba mucho su historia y saber què era realmente ese lugar.
Al regresar nos pareció que no correspondía atacarlo con nuestras preguntar, por lo que nos sentamos en los sillones de la zona Wi Fi a descansar las piernas.
Yasir se acercó solo y se sentó en la puntita de la mesa ratona, pegado a nosotro. Nos empezo a consultar como la habiamos pasado, que habiamos visitado, que nos habia parecido, etc.
Después de hablar de nosotros y entrar un poco en confianza cambiamos el foco de la conversación.
Yasir nos confirmò nuestra teorìa... estùabamos alojados en un Centro de Refugiados de Guerra Allì vivían personas de trece países diferentes… Mali, Gambia, Nigeria, Afghanistan, Pakistan, entre otros.
La conversación se puso cada vez más interesante. Nos comentó que su viaje a Italia lo hizo gran parte a pie, teniendo que cruzar ilegalmente varias fronteras. Cuando le conté que me gustaría conocer su país me respondió que no iba a poder hacerlo hasta los próximos 100 años. Nos contó que las personas del sur somos amadas en Afganistùan, pero en cambio las personas del norte son odiadas, nos decía que en su país no existe el punto medio… te aman o te odian… sos amigo o enemigo.
Yasir nos contó muchísimas cosas increíbles, siempre mirándonos fijamente a los ojos y casi sin pestañear.
Había algo en sus ojos y en su mirada penetrante que me dejó pensando toda la noche y pesando mucho. No crei que sea un loco, todo los que nos contaba nos daba la sensacion que realmente era asi en su país. Quizas nosotros no estamos acostumbrados y nos parece increíble que en otras partes del mundo sean comunes algunos pensamientos.
Días atrás en Igea Marina, durante la cena Libanesa, un hombre libanés nos contó cómo influyen las religiones en los cargos políticos de su país. Una persona en el Líbano no puede ser presidente si no es Católico y dentro de los católicos debe ser de un subgrupo especìifico como por ejemplo ortodoxo. Tampoco ninguna persona puede ser Primer Ministro si no es Musulmán, etc.
En el Líbano los cargos políticos están directamente relacionado con las religiones. A este hombre le consulte si las personas pueden cambiarse de religion por cuestiones polìticias y su respuesta fue
-”Si, lo pueden hacer pero es imposible que lo hagan. Desde chico te llenan la cabeza haciéndote odiar a los de las otras religiones, es imposible que quieras ser parte de ellos.”
-”En mi pais pasa eso también, pero solamente con el fútbol. Desde chico te hacen odiar al equipo rival y es imposible que quieras ser parte de ellos”. Fue mi respuesta.
La charla de Yasir hablándonos del odio a ciertos países, mirándome a los ojos y con el ceño fruncido me dejó pensando en que del otro lado de las fronteras no solo hay culturas diferentes y que entre las escalas sociales no hay solo realidades diferentes. Entre nosotros hay formas de ver la vida diferentes
Es increíble cómo a lo largo de tu crianza te vas formando y vas aprendiendo què amar y què odiar en base a tu educación. En nuestro rincòn del mundo tenemos la suerte de que no va mucho más allá del fútbol… en otras partes no son tocados con la misma varita.
Seguramente si Yasir no hubiese nacido alli o no hubiese recibido la educación que recibió, no tendría esa convicción de odiar o amar a las personas según el color de su pasaporte..
Al tercer dia bajamos a desayunar y algo había cambiado. Todos nos saludaban y nos respondìan con mucha amabilidad… hasta nos dejaron pasar primeros en la fila del desayuno y nos servían ellos.
Yasir nos comentó que estaban acostumbrados a que los turistas lleguen sin saber que ese lugar era lo que realmente era y, al ver a los refugiados, simplemente se iban espantados. El hecho de que nosotros hayamos pasado dos noches era de gran valor para ellos.
Ese ultimo dia en el Refugio la pasamos muy bien. Estuvimos jugando al fútbol y charlando mucho tiempo con los refugiados, escuchando muchisimas historias.
Cuando llegó la hora de irnos, todos nos saludaban con una sonrisa... como pidiendo que no nos vayamos pero muy contentos por habernos conocido… hasta nos agradecieron el trato.
Con Juan nos fuimos caminando con la vista atrás,. A medida que nos alejabamos sentíamos las ganas de quedarnos por lo menos una noche màs… al final no eran malas personas, solamente tenían la necesidad de afecto e historias que necesitaban ser escuchadas… pero nuestro viaje debía continuar.
Es increible como los prejuicios a veces te te limitan y pueden cambiar tu forma de actuar y tu forma de ser. Seguramente si todos los turistas no tuvieran prejuicios con los refugiados, ellos tampoco tendrían prejuicios con los turistas. Tal vez al no tener prejuicios los católicos con los musulmanes, ellos tampoco los tendrìan con los católicos.
Tal vez si nos relajamos un poco y dejariamos de ver al Viejo de la Bolsa en los demàs tendriamos un mundo un poco mejor. Tal vez no sea tan fàcil mejorar como sociedad.
El viaje continuó en Pisa. Llegamos a la casa de Piero, un chico que habíamos contactado por CouchSurfing.
Para el que no sepa, CouchSurfing es una red social de viajeros mediante la cual podes contactar personas locales que, dependiendo la disponibilidad de cada uno, te pueden brindar alojamiento en sus casas, acompañarte a conocer la ciudad o simplemente darte consejos de qué hacer y dónde te podes hospedarte… sirve mucho para tener un contacto en cada ciudad y que te sirva de referencia.
En el caso de nuestro anfitrión no tenía lugar para nosotros, pero fuimos chateando y al parecer le caímos bien. Lo convencí diciéndole que Juan no tenía problemas en dormir en nuestros aislantes en el suelo, por lo que nos terminó alojando de todas formas.
Piero es estudiante de Lingüística y vivía en un departamento con otros cuatro estudiantes, que no conocía antes de compartir el piso.
Pasamos una noche en Pisa y no terminamos de saber quienes vivían en el departamento y quienes eran amigos ni de cual de todos seia amigo... vimos pasar alrededor de 15 personas. Era un quilombo hermoso. Un departamento bien de estudiantes en una ciudad repleta de estudiantes.
Cenamos con Piero y sus amigos, paseamos un poco de noche y de dia por la ciudad, tomamos algunas cervecitas y demâs. Me hicieron acordar mucho a los departamentos de mis amigos que estudian en La Plata o en Buenos Aires. Al igual que todos los italianos, Piero y compañía, eran como argentinos que no hablaban nuestro idioma... rapidamente nos sentimos como con los nuestros.
Amor de Italia
En Génova nos esperaba Italia Cordi, una amiga y compañera de estudio de mis padres durante sus épocas de universitarios.
En los años de la crisis económica del 2001, por otros motivos y casi por casualidad, Italia decidió continuar su vida en el país que lleva su mismo nombre, cerca de sus familiares cercanos que por estas tierras tiene desparramados.
Con Juan le deciamos tia Italia, porque realmente es como de la familia y nos trata como si fuesësemos uno de sus tantos parientes.
Génova es una ciudad con mayor peso económico, mayor tamaño y mayor historia de lo que me esperaba antes de llegar allí.
El primer dia, junto a Italia, recorrimos el centro histórico de la ciudad. Es el centro histórico más grande y más importante de toda Europa por lo que merece la pena dedicarle un dia.
Al segundo día partimos hacia el punto más turístico de la zona Cinque Terre, un paraíso. Son cinco pueblitos seguidos construidos sobre la ladera de montanas contra el mar, a uno o dos kilometros de distancia uno del otro.
Fue hermoso. Estuvimos todo el dia recorriendo y apreciando la belleza particular de cada pueblo, pero tanta relajación hizo que se nos vayan los trenes.
Se nos hizo demasiado rápido de noche y la frecuencia de trenes habia bajado mas de lo que suponiamos. Para colmo de males, no teniamos como comunicarnos con Italia. Llegamos a la casa cerca de las dos de la mañana y ahí estaba Italia, esperandonos con la sopa calentita para que cenamos y su oído para escucharnos las historias del día.
En el tren, mientras volvíamos de Cinque Terre hablabamos con Juan sobre lo que venía siendo nuestro viaje. Casi sin darnos cuenta habíamos recorrido gran parte de un país en no mucho más de medio mes. Ambos estábamos bastante cansados, llevábamos un ritmo de vida un tanto acelerado.. .muchas armadas y desarmadas de mochilas, muchas subidas, muchas bajadas, muchas palabras nuevas en otro idioma, muchas personas nuevas y mucho aprendizaje en lugares totalmente nuevos e impensados para nosotros.
El ültimo dia en Génova decidimos pasarlo de entrecasa. Italia nos invitö a pasar la tarde a la casa de sus primos, la pasamos genial.
Además de los primos anteriormente mencionado, habían ido otros dos matrimonios, también primos de Italia. Fue como pasar un domingo visitando familiares propios… charlando de cualquier cosa, tomando mates, comiendo tortas y hasta descorchando un espumante por nuestra simple presencia.
Antes de partir, Italia nos armó una bolsa de comida para asegurarse que íbamos a estar alimentados por lo menos algunos dias mas. Sentimos mucho afecto en nuestros días en Génova de parte de todas las personas que allí conocimos. Realmente un amor Italia.
El paìs de las maravillas
Llegamos a Imperia, allí nos esperaba Alejandra, una ex compañera de Facultad de la madre de Juan.
Ale vivia en Calafate con su esposo italiano hasta que una oferta de trabajo los hizo mudarse a Italia. Alli nacieron sus dos hijos: Enrique de 17 años y Tomás de 16, ambos italo-argentinos, dominan perfectamente nuestro idioma y nuestras jergas y hasta son hinchas de equipos argentinos... de River el mas inteligente.
En sus aNos de juventud, Alejandra había viajado como mochilera por el continente asiático, por lo que estaba muy feliz de poder tendernos una mano y que a su vez podamos motivar a sus hijos a vivir esta clase de experiencias.
Después de la primer noche en Imperia fuimos a conocer Monte Carlo, en el Princièpado de Mónaco, un lugar que sinceramente no fue muy de mi agrado. Lo sentí como un mundo demasiado irreal y demasiado alejado de las problemáticas cotidianas del resto del mundo.
Todo allí es perfecto, todo es lujoso. Es como una visita a Disney World para mayores de 16 años. Es la vida ideal que todos quisieran vivir pero que muy pocos pueden alcanzar.
Vi autos que, haciendo cuentas en base a lo que ganaba en mi trabajo en Tandil, no me alcanzaria toda mi vida laboral para poder comprarlo. Hasta los chicos que jugaban a la pelota en la calle estaban mejor vestidos de lo que cualquiera de nosotros viste cuando va a una fiesta. Vimos yates lujosos de varios pisos y nos acordamos de los africanos del refugio en Florencia que cruzaron desde Libia remando en sus barcas de madera..
“Es un misterio para mi, tenemos desigualdad y nos da igual” dice Eddie Vedder en la canción Society. Creo que en pocos días vimos demasiado contraste entre lo que era la vida de los Refugiados de Guerra y la vida de los multimillonarios de Mónaco... no creo que haya sido lo mejor.
Al dia siguiente Alejandra nos prestó las bicicletas de sus hijos y pasamos un dia genial.
Su casa, donde nos estábamos quedando, era frente al mar: Decidimos salir a investigar què había para el lado contrario. Nos encontramos a menos de 3 km con un valle de sierras altísimas, al estilo las Sierras de Córdoba, y con varios pueblitos y casitas desparramadas que completan el paisaje.
La pasamos de diez, enträbamos y saliamos de los pueblitos medievales, subimos, bajamos y nos aireamos. Pedaleamos alrededor de 20 km, obviamente al otro dia no podíamos ni caminar.
A la noche fuimos nuevamente agasajados con una cena con la familia Valle y amigos, todos muy simpáticos y muy interesados en nuestro viaje.
Al día siguiente nos despedimos de esta hermosa familia con la que convivimos por algunos días. Alejandra por su experiencia de madre y de viajera nos dio muchísimas cosas que seguramente serán muy útiles para nuestros días de viajeros y unos pares de sandwiches para garantizarse que tendríamos almuerzo.
Ahora les escribimos desde Torino, conseguimos transporte con dos señoras que venían a la ciudad desde Imperia y estamos alojados en la casa de Claudia, una chica que contactamos a través de CouchSurfing.
La verdad que creo que tuvimos mucha suerte, Claudia trabaja como Guia. Ayer estuvimos caminando un poco por la ciudad y aprovechamos para apabullarla con pregunta. Hoy vamos a salir de nuevo y creo que nos vamos a comportar de la misma forma.
En cada ciudad que venimos visitando nos estamos encontrando con muchísimas cosas para conocer, históricas, culturales, artísticas o simplemente paisajes hermosos y sobretodo con gente genial que nos da mucha mäs ayuda de la que esperamos.
Claudia nos invitó a pasar las pascuas con su familia en su pueblo natal... un pueblo medieval muy cercano a Turín, aceptamos con mucho gusto.
En lo personal me voy sintiendo cada día un poco mejor. Al principio me fue bastante dificil dejar atrás el nerviosismo y los malos humores de mi rutina cotidiana en Tandil. Tuve un mes con muchísimos cambios importante en lo que era mi vida y en lo que es ahora.
Estamos felices de poder estar viviendo cada dia con tanta intensidad.y ser los únicos dueños de nuestro tiempo y destino. Mis motivaciones pasaron de ser el què hacer con mis amigos el fin de semana a cuàl serä nuestro pròximo destino, todavía desconocido..
A casi un mes de viaje, nuestra aventura recién comienza.. Hemos recorrido casi todo un país y nos quedan muchas fronteras por cruzar.
Les dejamos una canciôn que conoci mirando la pelicula “La increible vida de Walter Mitty” que, por más rara que parezca, habla de tomar los riesgos necesarios para ir detrás de lo que uno realmente quiere.
Disculpas por los horrores ortogräficos... no trajitmos notebook asi que estamos escribiendo como podemos con teclados diferentes.
Nos vemos en algun momento.
Con el cariño que nos merecen.
Coco y Juan Alberto.
“Aquí Comandante Tom a Control Terrestre, estoy atravesando la puerta, estoy flotando de una manera muy peculiar y las estrellas lucen muy diferentes hoy.”